
Los alumnos más pequeños escuchan
cuentos mediante los que interiorizan conocimientos como los días de la semana,
los colores o los animales del zoo. Por su parte, los niños de 4 y 5 años descubren
a través de los libros valores como la amistad, el respeto a lo diferente o el
buen humor para afrontar las dificultades.
Además de escuchar los cuentos,
los pequeños encuentran en la biblioteca un lugar para preguntar, reír y
compartir. La actividad se completa con un espacio para que los niños dibujen,
pinten y hagan puzles relacionados con las lecturas. Sin duda, una forma
perfecta de estimular la imaginación de los más pequeños.