
La lengua de signos es el
principal medio de comunicación del que disponen las personas sordas o con algún
tipo de discapacidad auditiva. Los signos son el lenguaje natural de la
infancia, los bebés con dificultades auditivas aprenden a utilizarlos para
relacionarse con las personas que le rodean.
Según el estudio, la lengua de
signos es adquirida durante la infancia de forma natural y espontánea. Además,
el niño sordo asimila esta forma de comunicarse a la misma vez que los oyentes
comienzan a hablar. Aunque la utilización de signos comienza desde los 9 meses,
es entre los 17 y los 22 cuando el lenguaje alcanza la utilización de unos 50
signos para hacer las primeras combinaciones y expresar ideas o percepciones
más complejas.
Para que los niños desarrollen de
forma natural este código es necesario que se encuentren inmersos en un
ambiente lingüístico adecuado, que se les estimule y se les permita interactuar
con otras personas sordas. También es fundamental que todos los miembros de la
familia aprendan y utilicen el lenguaje de signos, exageren su expresión
corporal y vocalicen de forma clara.