La alimentación y la adquisición
de buenos hábitos en la mesa son algunas de las principales preocupaciones de
los padres de niños pequeños. Los comedores escolares son un lugar idóneo para
que los niños aprendan normas de comportamiento y buenos modales.
Los educadores y monitores son
los encargados de inculcar estos valores a los pequeños adaptando las
indicaciones a cada edad. Por otra parte, la dieta que se elabora en los
colegios es sana y pasa rigurosos controles de calidad, por lo que la
alimentación de los niños es totalmente saludable. En el comedor los chicos son
uno más dentro del grupo, pierden la situación de privilegio de la casa y
aprenden más rápido a comportase.
El comedor escolar educa, además,
en aspectos como posturas adecuadas, manejo de cubiertos, sabores, temperatura
de los platos, texturas, formas, cantidades, colores, etc. Uno de los valores
más importantes que adquieren los niños es la socialización, durante la comida
se habla, se comparte y se ríe. Los pequeños ponen y recogen la mesa, sirven el
agua y aprenden a comportarse de la forma más autónoma posible en función de la
edad.