
Jugar durante la infancia es muy importante para el
desarrollo del niño, puesto que el pequeño representa una realidad según sus
gustos y necesidades. De esta forma, el niño expresa sus sentimientos y la manera en la que recibe información de su
entorno.
El juego debe ser un elemento fundamental durante los años de
la Educación Infantil, a partir de los dos años comienza a consolidarse como
una costumbre más y a realizarse de forma interactiva con otros niños. Esta
actividad tiene también un importante valor pedagógico que contribuye a su
salud mental porque es un tiempo en el que saben que pueden desconectar y dar
rienda suelta a su imaginación.
Los niños desarrollan la creatividad a la hora de buscar
soluciones a través del juego. Es una actividad que apenas requiere
planificación por parte de los docentes, son los niños los que comienzan a
jugar sin necesidad de que intervenga
nadie. La función de los profesores es sólo la de colaborar para crear entonos
adecuados en los que los niños se encuentren cómodos.